Viene a buscarnos cada día

Eligiendo la presa oportuna,

Borrando de la boca la alegría.

Llevarse el aliento es la fortuna

De una guadaña pintada en denegría.

La muerte no tiene miramientos

No sufre jamás remordimientos

De esas vidas que extingue con lamentos,

Rúbrica… dejada en sus momentos.

La muerte es bomba y explosión.

Muchas vidas que paran corazón

Mientras muchas otras son nacidas,

Lágrimas que bañan sus partidas

La muerte arrebata la ilusión,

Agita las alas… con crueles despedidas.

Cajas de pino para cuerpos postrados

El destino detiene relojes arrebatados.

Ruiseñores de cantos apagados

Y los sueños… dejan de ser soñados.

La muerte ese ser de cianótico

Abrupto y apagado que nos detiene,

Ese momento cruel y caótico

Que nunca a nadie conocido lo retiene,

Que por enfermedad… con su hoz se entretiene,

Centro de rosas en negro melancólico

Que nunca sabremos cuando… ni de donde proviene.

9 comentarios en “La muerte II

Deja un comentario