Si tú piel fuera ya el lecho de mi muerte

Y me  negarán el placer de conocerte,

No habría vida que hubiera conocido.

Así que muero en ese lecho desconocido

Que me da en mí expirar, el goce de quererte.

Si tus besos fueran el castigo del desierto

En la balanza sedienta de un afluente de agua,

Tus besos serían el infierno deseado de mi fragua

Y el agua, la vida rechazada de un destino incierto.

Si tus caricias fueran los cristales clavados en mi piel,

Pediría convertirme en vidriera de iglesia.

Pues no podría vivir santo con piel ilesa

Si cada corte y herida con tus manos… fueran miel.

Si tus éxtasis es la cárcel de mis pecados

Tengo claro que los barrotes serán bocados,

Que desprendan con amor cada gemido

Pues vagaba moribundo un vivo sin haber vivido,

Y hoy conoce el sentir… de enamorado.

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