El canto de una cigarra
Y las olas al chocar,
El silencio que se agarra
Para calma acariciar.
El viento que es susurrado,
Un violín que es escuchado,
Un piano que es tocado,
Un latido acelerado,
Un te quiero declarado.
Una lluvia y su tintineo
Unos ojos en pestañeo.
Un baile en su taconeo
Con música… de castañeo.
Sonidos que dan la paz,
Vuelo de un ave rapaz,
Una sonrisa sagaz,
Una estrellita fugaz.
Ese susurro del viento,
La placidez del momento
De acariciar sinfonías.
Pues son momentos sencillos de alegrías,
Que alimentan el alma y su contento
Y que acunan… apatías.
Que precioso escrito, me encanta. Muaaaaaaaak
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Hay tantos sonidos que nos dan la calma al escucharlos 🙂 besos GIGANTES Junior.
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Que belleza de sonidos
Besos bella.
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Muchas gracias Carmen !!! besos GIGANTESCOS LLENOS DE SONRISAS.
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A ti, más besos
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🙂 🙂 🙂
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amazing.
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Thank you very much, happy Monday 🙂
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Te veo primero con el gorro de baño y ahora con este poema y me encanta. Qué registros!!! Sensible y con sentido del humor!!! Muy bonito Silvia.
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Muchas gracias Luis 😉 jajaja con el violín sonando de fondo, besos y abrazos, muackssssssss.
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Super super
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🙂 🙂 🙂
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Ëste y oeste me ha gustado más que mucho, sonidos que apuntan al norte de la felicidad. Muchos, de viernes, aunque le digan lunes.
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Muchos de domingo aunque por horas vayan apuntando al martes, muackssssss.
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